miércoles, 6 de mayo de 2009

HISTORIA CELTA.: los druidas



Etimología :
Los druidas se presentan a menudo como sacerdotes de la religión celta, pero su papel envolvía muchos aspectos más. Los druidas formaban una clase social independiente, representando la clase intelectual de la sociedad. Aunque también desempeñaban funciones
religiosas, no se limitaban a ellas. Eran entre otros bardos, médicos, astrónomos, filósofos y magos.
Sin embargo, se pueden diferenciar tres funciones entre los druidas, aunque la separación a veces no era muy clara y ciertos autores se muestran escépticos (T.D.Kendrick):
Los "Druids", que enseñaban el arte de la guerra y que disponían de poderes mágicos
Los "Bairds" o bardos, que eran responsables de la tradición oral
Los "Filidhs" o videntes que predecían el futuro.
También hay que distinguir entre los druidas
celtas (hasta el final de las culturas celtas independientes, coincidiendo aproximadamente con el comienzo de la Edad Media) y los druidas modernos. Los primeros desaparecerían sin dejar testimonio escrito. Los últimos se desarrollaron en Gales e Irlanda según conceptos de la Edad Moderna y unen tradiciones con ideas actuales, nacionalismos y romanticismos.
La procedencia de la palabra "druida" está muy debatida. Dr. O'Hogain supone que deriva de la palabra celta para "rico en conocimientos", mientras que otros admiten que ha derivado de drus, la palabra celta para roble. Otra teoría finalmente lo relaciona con dru (cuidadoso, a fondo) y uid (saber).

Druidas históricos [editar]
No se conocen escritos directos de druidas de la antigüedad, ya que, al parecer, los druidas pasaban su saber sólo por
tradición oral a sus alumnos. Existen algunos textos de la baja Edad Media de Gales, Irlanda y Escocia que se relacionan con tradiciones de los druidas. Sin embargo, se trata habitualmente de textos mitológicos que ya tienen una cierta influencia cristiana y que sólo admiten unas conclusiones limitadas sobre los druidas de la antigüedad.
De
Plinio el Viejo sabemos de los druidas vestidos de blanco que cortaban el muérdago con hoz de oro; además nos habla de sacrificios taurinos presididos por druidas, así como de su veneración de diversas arboledas o árboles y plantas sagrados como el roble, el avellano, o el muérdago; o lugares naturales como la cima de ciertas colinas, corrientes de agua, y lagos, así cómo del cielo, la tierra, el mar, y el fuego -que veían como algo purificador- recogiendo una costumbre presente en las comunidades celtas en las que servían. El muérdago entre los druidas era una planta sacra. Aunque a menudo se atribuye a este sentido sus propiedades medicinales, es poco probable que sea la razón única. Más verosímil es que se deba a que el muérdago está aún verde en invierno cuando el resto del árbol parece sin vida. Hay otras fuentes que dicen que esto se debe a que crece sin tocar el suelo, y por eso se lo recogía en una tela blanca.
Ya anteriormente
Julio César mencionaba a los druidas en su "De Bello Gallico". Estas referencias tienen ciertos paralelismos con relatos de Posidonio (135 - 51 a. C.), quien nos da una imagen idealizada helenística del druida como filósofo. Éste autor también afirmaba que se encargaban de castigar a determinados miembros de la sociedad expulsándolos de ceremonias religiosas, y por tanto de la sociedad. Hay que ver los relatos de César, como los de los demás autores, con un cierto escepticismo, ya que eran ajenos a esta cultura.
Diodoro Sículo afirmaba de los druidas que a veces antes de una batalla se interponían entre los combatientes para evitar el combate, así cómo que predecían el futuro mediante la observación del vuelo y los reclamos de las aves y el sacrificio de animales sagrados, así cómo que creían en una especie de reencarnación, según la cual al morir el alma migraba de un cuerpo a otro.
Con la conquista de los países celtas (
Iberia, Galia, Britania) por parte del Imperio Romano vanecía la influencia de los druidas, los cuales entre otras figuras fueron de acuerdo con Plinio prohibidos por el Senado en un decreto que posteriormente Tiberio renovó en el año 54 dC. Un último bastión era la isla Anglesey (Ynys Mon) situada al norte de Gales, que fue destruida por los romanos en 60 dC. Los últimos relatos de la Irlanda de la baja Edad Media ya muestran influencia cristiana y diabolizan a los druidas como enemigos de la Iglesia católica.
A menudo se habla también de mujeres druida, que eran conocidas cómo Dryades o Bandrui, pensando, por ejemplo, en Mebd de Connacht o
Ceridwen. De Ceridwen hay una leyenda donde ella prepara en un cáliz que puede verse como el prototipo del Santo Grial, una pócima que da sabiduría infinita sobre el pasado, el presente y el futuro. Preparó el potingue para su hijo Affagdu (= oscuridad absoluta) para compensar el poco agrado físico que tenía. No obstante, su ayudante tomó tres gotas de la bebida. Para escapar de su ira huyó y se escondió adoptando diversas formas. Finalmente tomó la forma de un grano de trigo que fue tragado por Ceridwen. De esto Cerdiwen se quedó embarazada y dio a luz a otro hijo, Taliesin, quien está visto hoy en día como el prototipo de todos los druidas. Esta leyenda confirma que existían druidas femeninos y que su rango no era necesariamente inferior al de los hombres.
De todos los relatos conjuntos se forma la imagen del druida como persona culta en una posición socialmente destacada. También era responsable de los
sacrificios religiosos y se le veía como mediador entre los hombres y los dioses. Al mismo tiempo era juez, profesor y se ocupaba de la historia y de la civilización de las culturas celtas.
Asimismo el
bardo celta tenía una posición destacada, aunque no se puede confirmar que druidas y bardos eran rangos diferentes en la misma organización.
Los druidas no tenían
templos de culto erigidos en piedra. Probablemente disponían de edificios de madera que no han pasado a nuestros días. Según las fuentes originales, a menudo celebraban sus ritos en claros en los bosques cercanos a manantiales o pozos naturales.
Plinio relata uno de sus rituales: "Tras haber preparado los sacrificios y los banquetes bajo los árboles, traen dos toros blancos cuyos cuernos han sido vendados. Con su túnica blanca un druida sube al árbol para cortar el muérdago con su hoz de oro, otros vestidos de la misma manera lo reciben. Después matan a los animales del sacrificio y rezan para que el dios les recompense esta ofrenda con sus dones".
También hay relatos (en parte dudosos) de sacrificios humanos.
Los últimos druidas se convirtieron al cristianismo (los fili), al igual que toda la clase dirigente de Irlanda. Estos conversos convivieron con los paganos hasta que sometieron a estos últimos a una persecución. De esta forma, la
Iglesia Irlandesa conservó muchas de las tradiciones celtas.

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